UN CORAZON A PRUEBA DE BALAS - PARTE I


Pancita tres cuartos, un caminar sereno, facha de cara antigüa y una edad que lo ha visto todo, así podríamos describirlo, pero eso no es todo, eso no es suficiente, el tiene algo más, es por ello que contaremos un pedacito de su historia, una de sus tantas aventuras...

Sacado de la serie de los Teletubies, Igor Petrovilok era el típico jefe molesto que anhelaba ganar más dinero y que solo conseguía apaciguar su desenfreno de gula por el vil metal castigando en sinmedida y con tintón a sus empleados, pobres esclavos de la rutina pero agraciados dolentes de mundos estelares que buscan una jubilación de videojuego.

Igor lo tenía a el cara a cara, estaba por hacer una entrevista típica, una entrevista de esas que le llenan de orgullo ya que siempre intenta sodomizar y ridiculizar al entrevistado.
Igor estaba preparado para darle una vuelta de tuerca al candidato, para enseñarle su superioridad y por consecuencia su "negreria" a la hora de estipular salario y horas de trabajo. Pero primero, antes del final, tenía que empezar, y siempre lo hacía meditando muy bien sus preguntas.
- ¿Cómo te llamas nene? - dijo Igor a nuestro peculiar protagonista.

- Uno más del galpón que va a esforzarse mucho por dar lo mejor porque realmente necesita el trabajo y va a estar eternamente agradecido con el que lo ayude a pagar la quincena.
Igor quedó estupefacto. Su ser explotador sonreía para dentro, jactándose de lo fácil que sería incorporarlo, darle el peor trabajo, tenerlo en negro y hacerlo trabajar horas extras. Su ser ansioso de superioridad se regordeaba mirando al morocho que se sentaba bajando la mirada por vergüenza, por sentirse un ser menor rogando por unos morlacos, como un creyente le pide a un DIOS que no le falte el pan. Sabía que lo tenía, pero fue tan fácil que quiso jugar con él.
- Lo que yo necesito es alguien que me responda lo que pregunto, lo siento pero no me sirve alguien que no pueda interpretarme.
El hombre, que tenía los ojos tapados por el abundante flequillo. Dijo:
- Lo siento, es que realmente necesito el trabajo. No se va a arrepentir. Trabajo duro y sin cuestionamientos.
Petrovilok sonreía para sus adentros. Casi lloraba hacia dentro por la situación, pero la cara era dura con gestos de desagrado.
- Vamos a ver si es cierto. Lo voy a probar unos meses. De acuerdo a como responda voy a decidir si lo tomo o no. Si lo llego a tomar, ahí veremos el tema del sueldo. No es muy alto, pero por lo menos le garantizo que todos los meses va a
cobrar.
Como va a estar a prueba, va a ser un poco menor. A fin de mes lo veremos y estará relacionado con su esfuerzo.
Así fue como comenzó a trabajar para la compañía.
Algo que cabe realmente destacar es que la pedantería de Igor no le permitió ver dos cosas fundamentales:
1) que las respuestas eran extraña y exactamente todo lo que deseaba escuchar.
2) que Piet Malvini nunca le respondía lo que le preguntaba.

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